-
¿Qué escribes?
-
Estoy apuntando una idea para una entrada en mi blog.
-
¿Tienes un blog?
-
Eso he dicho.
- ¿Y
de qué va?
-
Pues publico muchos relatos. O, a veces, poemas. O reflexiones. No pongas esa
cara, no es gran cosa. Apenas me leerán 15 personas.
- Ya
es algo. Pero siempre puedes promocionar tu blog si quieres más lectores.
-
Verás, la cosa está en que me da igual si me lee mucha gente o poca. De hecho,
antes sí me importaba, pero cada vez me da más igual. Yo pongo los textos que
me gustan lo suficiente como para publicarlos y aviso de que he subido algo.
Depende de lo mucho que me guste avisaré más o menos. Si me comentan, mejor. Si
no, pues nada. No necesito que me
lean, solo quiero compartir alguna historia de vez en cuando.
- ¿
Y para eso te tomas la molestia de apuntar ideas y todo?
- La
mitad de las ideas que tengo no las desarrollo. Y de las que sí, un cuarto se
queda a medias. Y de ese cuarto solo publico una. El resto se queda en un
cuaderno.
-
Entonces imagino que publicarás muy poco.
- Exacto. ¿Vamos a comer?
- Exacto. ¿Vamos a comer?
2 comentarios:
¡Jajajajajaja! Vale, me doy por aludido y enterado. Y halagado: ¡toda una entrada dedicada! Admirable la elegancia para responder a la crítica.
Brillante!
Cuando hablo de política o de sexo, se dispara la audiencia.
Pero no cobro por tener muchos lectores, así que me da un poco igual.
Publicar un comentario