A veces decimos cosas de las que nos arrepentimos. La mayoría de esas cosas son promesas. O afirmaciones. Como "este año estudio desde el primer día" o "no quiero volver a verte".
A veces esas cosas nos las dicen a nosotros y no sabemos cómo reaccionar. Si alguien en quién confías te dice algo que no te esperas, por ejemplo. Uno se da cuenta de lo que dice, por supuesto, y se arrepiente. Pero admitir un error públicamente es algo más complicado que simplemente pensar "oh, esto estaba fuera de lugar, lo he exagerado y debería pedir perdón".