lunes, 20 de enero de 2014

Historias de San Valentín

No, no voy a contar un relato romántico. 
Ahora solo leo tonterías sobre el 14 de febrero, y queda todavía bastante para ese día. Quería compartir mi opinión acerca de esta celebración, comentar que me parece absurda. Y voy a dar motivos.
No tiene nada que ver con que vaya a estar sola el día 14, si tuviera pareja me seguiría pareciendo absurda. Antes de que digáis nada, mis motivos:
  1. Si estás enamorado de alguien, puedes demostrárselo de muchas maneras a lo largo de los días. No necesitas que sea un día en concreto. 
  2. "Es que ese día puedes decir tonterías románticas y no quedas como un tonto/ una cursi/ lo que sea". Si estás enamorado debería darte igual lo que el resto de las personas piensen que eres. Si el día 28 de marzo le quieres dar un ramo de flores a tu novia o un marco con fotos vuestras a tu novio, dáselo si te sale natural. La vida se compone de momentos espontáneos en los que nos dejamos llevar y hacemos lo que queremos sin importarnos lo que otros piensen. En esos momentos nos sentimos bien, y de eso va la vida.
  3. San Valentín es una festividad comercial que promueve la compra de un montón de cosas que a lo largo del año jamás compraríamos si no fuera porque somos borregos y hacemos lo que las masas hacen.
  4. Hablando de cosas absurdas, ¿rosas por San Valentín? si te vas a gastar un buen dinero, gástalo en algo que o bien dure más o al menos que sea útil. "Pero son tan románticas...". ¿?¿??? Si los carteles del día de San Valentín fuesen una pareja intercambiando relojes Swatch, adivino qué compraríais todos. Súper romántico.
  5. "Bueno, pero una cena romántica a la luz de las velas...." Tampoco. Si quieres cenar con tu pareja, se cena más barato un día en el que las masas enamoradas no reserven mesa en los mejores restaurantes o en el que no hagan "menú de enamorados" que cuesta casi tanto como las rosas. 
  6. Hay muchos días para cenar y para tener detalles con tu pareja, y no tienen que ser el mismo día que todas las parejas del mundo. Eso es, en mi opinión, lo opuesto a romántico. "Cariño, toma estos bombones porque todo el mundo regala cosas hoy a sus enamorados". Que sí, que puedes hacerlo si quieres, pero a mí me parece bastante ridículo.
En fin, esta es mi opinión. Cada uno tiene la suya y eso es lo que nos hace tan entretenidos.
Las quejas me las podéis dejar en la sección de comentarios.

domingo, 19 de enero de 2014

Cosas de la vida

He aprendido algunas cosas de la vida.
Ya me vale, tengo 19 años, si no hubiera aprendido nada a estas alturas definitivamente tendría un problema. 

Lo primero que podría decir que he aprendido es que la vida está hecha para disfrutarla, no para preocuparse por lo que los demás piensen o hagan. Yo me preocupo mucho por lo que la gente piense, sí, pero también por lo que hacen y por cómo lo hacen. Sobre todo si esas personas son mis amigos. Pero, siendo realistas, nadie más que tú puede decidir qué haces y, si no quieres agobiarte por lo que los demás piensen de ti, debes empezar por no preocuparte por lo que otros hagan. Parece lógico, pero me ha costado un tiempo entenderlo.

Otra cosa que he aprendido es que está bien decir que no quieres hacer algo por los motivos que sean. Ser amigo de alguien no implica que tengas que seguirlo al fin del mundo si no te apetece. Si tienes motivos para no querer hacer algo, está perfectamente bien decir "no". Si son tus amigos, te entenderán. Y si no, no deberías preocuparte.
También he aprendido que es bueno cambiar de opinión acerca de todo. Hacer algo que antes no te gustaba solo por probar de nuevo. A veces te sorprendes a ti mismo al descubrir que algo que no querías probar es, en realidad, maravilloso.

Puedes ponerte objetivos en la vida, pero no pueden ser a largo plazo. No puedes concentrarte en alcanzar algo que está lejos, es imposible. Todo lo que pase hasta conseguirlo te parecerá que no te lleva a ninguna perte. La vida no consiste en mirar al pasado ni al futuro, consiste en ser feliz con lo que te rodea en el presente.

Siempre hay alguien en quien puedes confiar. Siempre. Aunque te parezca que no, que tus padres no te entienden, tus amigos te dejan de lado y tu perro prefiere a tu vecino, siempre hay alguien en quien puedes confiar. Tu tía, a la que ves muy de vez en cuando. La vecina del 9º, esa que baja a por el pan en zapatillas. Un profesor. Tu hermano mayor. Siempre hay alguien que te tenderá la mano si se lo pides.

A veces es bueno hacer listas de todo lo que tienes. No me refiero a un inventario. Bueno, sí, pero no. Puedes abrir un cuaderno y empezar a apuntar: una casa, un teléfono, ropa, una familia, salud, amigos, educación. Puede que tu casa sea pequeña, tu teléfono, anticuado, y tus padres no estén siempre en casa. Pero hay gente con menos cosas. Y si crees que tú eres una de esas personas, piensa en cuántos amigos tienes, en cuánta gente se preocupa por ti. Siempre hay algo.

No es cierto que las cosas pasan por casualidad, al menos no del todo. Si quieres algo, esfuérzate hasta que lo consigas. Es muy difícil levantarse temprano y ser productivo, sí. Pero merece la pena. Decimos "qué suerte tienes" a alguien que ha conseguido algo que quería porque no vemos el esfuerzo que hay detrás. Los meses ahorrando para pagarse el viaje a Nueva York, las horas delante del ordenador para comprar la edición firmada de su disco favorito. 

Tienes que creer en ti mismo: vales más de lo que piensas. Es así. Sí. Que sí. Nadie nace sabiendo hacerlo todo; nadie es perfecto. Cada uno tiene sus manías y sus defectos, su talón de Aquiles. Pero también tenemos virtudes, esperanzas, sueños. Y es la mezcla de ambas cosas las que nos hace únicos, reales, humanos.