No
nos atrevemos a decir las cosas que sentimos tal y como las sentimos. O a lo
mejor soy solo yo. El miedo al rechazo es tan irracional como el miedo a las mariposas
(sin ánimo de ofender a las personas que les tengan fobia). Sin embargo, todos
lo tenemos. Todos queremos encajar y ser aceptados.
Si
todos los seres humanos están convencidos de que las cosas se hacen de una
manera, resulta difícil convencerlos de que hay otras formas. Cuando alguien se
sale de la “norma”, recibe críticas, y
esto nos hace daño: las críticas son formas de rechazo. No queremos que
nos rechacen, pero no queremos ser (o no somos) como ellos. Pero supongo que nos resulta más fácil nadar
en la misma dirección que el resto en lugar de ir a contracorriente y acabar
arrollados.
1 comentario:
Así es, y cualquiera que lea esto te dará probablemente la razón. Tu opinión está en consonancia con la mayoritaria.
Así pues, cabría entonces plantearse: ¿hasta qué punto has escrito un texto sobre encajar para encajar tú misma?
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